Entramos en el último año del siglo y la sensación es que este no puede ser un año más.

El mundo civilizado sigue su “progreso” imparable, en estos 98 años se han descubierto nuevas máquinas que pretenden hacernos la vida más fácil, viajar es más barato, seguro y rápido, tanto que hasta viajamos a las estrellas...pero hay una parte del mundo en la que los cambios son más dulces, siguen su ritmo como si el resto del universo no importara, quizás tienen menos cosas pero la felicidad, ¡eso es otra cosa!.

Quien se atrevería a asegurar que somos más felices, que nos sentimos más plenos rodeados de cosas que en muchas ocasiones sirven únicamente para demostrarnos lo pequeños que somos y lo solos que estamos.

Sin embargo en el Caribe, todavía existen rincones que poseen esas pequeñas cosas que hemos ido perdiendo los demás, todavía se pueden pasar horas conversando con un extraño sobre una bella puesta de sol, se puede pasear por lugares que permanecen intactos desde que fueron descubiertos y sobre todo podemos ver algo que todavía nos sorprenda.

Puede ser una mirada, un sabor, un rito, una idea, sólo tenemos que abrir nuestra mente y nuestros ojos, dejar que el Caribe nos invada en su más amplia expresión.

Venga con nosotros a realizar este viaje hacia el futuro, pero no olvide el presente y el pasado, el Caribe es todo eso y más.

Consuelo Elipe